No hay tags aún.
A medida que se practica más deporte y el deportista aficionado se especializa en uno en concreto, este puede entrenar tan intensamente como los profesionales destacados lo hacían hace unos años. Ante este requerimiento, la complejidad y la dificultad de los métodos de entrenamiento ha aumentado de manera importante, pero hay que pagar un precio por este elevado nivel de esfuerzo.
Es necesario que el cuerpo descanse suficiente como para poder recuperarse de la fatiga, consecuencia de un entrenamiento duro, y pueda desarrollar la necesaria elasticidad y resistencia para lograr un rendimiento óptimo. Si se aumentan progresivamente las sesiones de entrenamiento, se llegará a un punto donde el cuerpo ya no podrá recuperarse totalmente entre sesiones, y la curva del rendimiento se estancará e incluso puede decrecer.
Los síntomas de una recuperación incompleta serán las agujetas, dolores articulares y de los tendones. Otras indicaciones de este sobre-entrenamiento pueden incluir la dificultad para conciliar el sueño causado por la tensión física, las molestias y dolores en general.
Cuando el sistema músculo-esquelético está sobre-entrenado hasta este punto, se vuelve vulnerable. Mientras se sigue un programa de entrenamiento aparentemente normal se puede sufrir una deficiencia aguda que puede llevar a una disfunción grave tanto muscular, como ligamentosa, como articular e incluso a una fractura ósea por esfuerzo. Estas manifestaciones de hecho raramente sobrevienen por causa de accidente y pueden ser evitadas con un enfoque más racional de las actividades de recuperación.
La importancia de los estiramientos es ampliamente conocida y tendría que constituir una parte integral del programa de entrenamiento. Hacer estiramientos antes y después del entrenamiento es muy importante, pero los estiramientos tienden a hacer trabajar los grupos musculares como un todo, y raramente se pueden centrar en una parte de este. Del mismo modo, el rango normal de movimiento de algunas articulaciones restringe la capacidad de estiramiento, limitando a su vez la efectividad de los estiramientos.
Otro componente que creemos tiene que pasar a formar parte esencial de un programa completo de entrenamiento es el masaje. El masaje se puede aplicar por la relajación general del sistema músculo-esquelético, así como orientarlo hacia áreas con disfunciones, mejorando de este modo la recuperación y asegurando que esta se consiga en la medida necesaria.
El deportista tendría que estar informado de los usos y ventajas del masaje para obtener el máximo provecho de este. Todas las actividades deportivas implican una acción muscular como fuerza motora primaria, y muchas lesiones deportivas provienen de disfunciones musculares. El masaje es la mejor forma para liberar la tensión muscular, y presenta la singular ventaja sobre la mayoría otras técnicas en que puede ser usada de forma regular para ayudar a prevenir lesiones por agotamiento físico general, así como enfocado a una parte concreta del aparato locomotor que está sufriendo de una demanda importante de esfuerzo.
Gracias al masaje podemos eliminar los malestares de orden general que algunos deportistas parecen aceptar como tributo normal a su gradual “mejora” de la forma física, o tratan de suprimir mediante drogas. Estos malestares pueden conducir a problemas más serios, de forma que las ventajas del masaje para prevenir las lesiones son realmente importantes. Con la ventaja que con el masaje podemos explorar más íntimamente los tejidos blandos que con cualquier otra clase de técnica, y las áreas de disfunción pueden ser identificadas y trabajadas con mayor rapidez y conocimiento de causa.
Adaptado de Dr. Jari Ylinen y Mel Cash