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Disfunciones Fantasma

Caso:

“Cliente de 62 años, que acude con molestias lumbares que él achaca al alto grado de estrés que acumula por cuestiones laborales. También me refiere que a veces siente un poco cansadas las piernas por detrás, según él, por el mismo motivo.


Inicio el masaje en la zona lumbar y constato tensión generalizada en la zona, se la relajo y acto seguido trabajo con sus isquiotibiales, refiriendo mayor sensación de crispación en el derecho.

En la siguiente sesión me comenta que le ha mejorado mucho la zona lumbar y los isquiotibiales, pero que ha notado ligeras molestias en los gastrocnemios. Al realizar el masaje noto su zona lumbar y muslos mucho más relajados, por lo que me dedico a liberar la tensión en los gastrocnemios.


Al tercer día me comenta que, a pesar de seguir con el mismo nivel de estrés, la tensión general a mejorado mucho y que ahora solo siente un poco de molestias en el pie. Trabajo la planta del pie, en especial la zona del tarso y metatarso. Se va muy contento al finalizar la sesión, pues nota un alivio y bienestar general importante. Le recomiendo una última sesión para repasar toda la cadena posterior y asegurar que la tensión no se ha reinstalado. Recomendándole que en casa haga estiramientos junto con ejercicios de relajación para bajar el nivel de estrés.


Cuando vuelve para la cuarta sesión me comenta que durante la semana ha notado un dolor muy agudo en la zona del tibial anterior y que este dolor era igual al que sintió cuando se fracturó tibia y peroné 20 AÑOS ATRÁS!!!!!! Para demostrarlo me trae las radiografías donde se puede observar doble fractura de tibia y peroné del año 1997.




Una vez trabajado a nivel fascial el tibial anterior, las molestias han desaparecido por completo y la persona ha vuelto a su actividad habitual sin ninguna merma de sus facultades.”


Con este ejemplo vemos el recorrido de una molestia por la cadena posterior, desde la cintura hasta la planta del pie, y pasar a la cadena anterior siguiendo un antiguo patrón de tensión, una fractura ósea, en este caso.

La tensión residual de la fractura de tibia y peroné fue trasladándose primero a la planta del pie, luego a los gastrocnemios para ascender por los isquiotibiales, hasta llegar a la zona lumbar, donde el aumento del nivel de estrés hizo que se manifestasen las molestias.


Para mi es habitual observar como la tensión se traslada por el cuerpo creando disfunciones a distancia del punto de origen causal, y que mis clientes, desconocedores del tema, me digan que las molestias “corren de una parte a otra”.

Conocer la topografía y las implicaciones de las cadenas musculares me ha ayudado sobremanera a entender el porqué de “disfunciones fantasma” y a poder solventarlas.


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