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Técnicas utilizadas:

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El Masaje Estructural

El Masaje Estructural trabaja específicamente el tejido fascial que envuelve a la musculatura (epimisio) y al resto de tejido blando del aparato locomotor a lo largo de las cadenas musculares o líneas de tensión que recorren el cuerpo.

 

Este masaje, que se aplica sobre el tejido que comparte una misma cadena muscular, pretende llevarlo hacia un proceso de apertura y reposicionamiento para que pueda funcionar con la máxima eficiencia y armonía con el conjunto.

 

Es un masaje profundo, muy preciso, aplicado siguiendo una pautas muy concretas y que requiere de la colaboración de la persona que lo recibe para conseguir su máximo beneficio.

 

A lo largo del curso aprenderemos cuáles son las maniobras indicadas y cómo aplicarlas correctamente para cada parte del cuerpo. Para ello nos basaremos de nociones de anatomía muy precisa y de un análisis biomecánico detallado.

El Masaje Estructural es la principal herramienta que usamos en el trabajo de Cadenas Musculares, pero para que su aplicación tenga éxito, necesitamos primero utilizar una serie conceptos que nos ayudarán a crear la estrategia y el enfoque adecuado a cada persona. Estos serán:

Biomecánica Funcional

La Biomecánica tiene por objeto el estudio de la estructura mecánica de los organismos vivos. Basándonos en los conocimientos de la anatomía, la fisiología y la mecánica se estudia el comportamiento del cuerpo humano para conocer como se desenvuelve en las diversas situaciones en las que se puede encontrar.

En este curso se hace una descripción detallada del comportamiento fisiológico del aparato locomotor para entender los patrones presentes en la persona y resolver los problemas derivados de las diversas condiciones a las que puede verse sometido.

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Tensegridad

El Principo de Tensegridad

La tensegridad es un principio estructural, donde dos fuerzas opuestas nos aportan un equilibrio estable. Estas dos fuerzas opuestas son: la tracción y la compresión, y cuando interactúan entre si una da sentido a la otra, y donde una no existe sin la otra.

Una estructura tensegrítica es aquel sistema formado por elementos comprimidos, aislados entre sí, que se encuentran dentro de una red tensada continua, de tal modo que los elementos comprimidos (generalmente barras) no se tocan entre ellos (permitiendo cierta flexibilidad o movimiento) y están unidos únicamente por medio de componentes traccionados (habitualmente cables o membranas) que son los que delimitan espacialmente dicho sistema, consiguiendo que el conjunto se encuentre en un estado de autotensión y autoequilibrio estable. La presencia de tensión es lo que confiere estabilidad a esta estructura.

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El cuerpo humano es un cuerpo vivo tensegrítico, y se desarrolla como un TODO. Todas sus estructuras están regidas por el principio de la tensegridad. Desde el nivel celular hasta el nivel músculo-esquelético. El reconocimiento de que la naturaleza utiliza estructuras preestresadas a escalas celular y subcelular sugiere que las estructuras de tensegridad son manifestaciones de un principio de diseño común.

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Esta visión proporciona un patrón de análisis postural que permite descubrir donde se hallan las restricciones y crear una estrategia adecuada para aplicar las correcciones necesarias para liberar la tensión de los tejidos afectados. 

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Adaptado de: Pau Rodríguez Font.

Arquitecto y Quiromasajista 

www.larquitecturadelcos.com

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Analísis Postural

El Análisis Postural nos permite descifrar los patrones de movimiento existentes para saber de qué manera se utiliza el cuerpo por parte de una persona en concreto. A partir de ese conocimiento se puede crear una estrategia de trabajo individual que nos va a servir de guía para mejorar el patrón funcional de esta.

Este análisis postural es imprescindible si queremos conseguir óptimos resultados en nuestro trabajo sobre las cadenas musculares y está basado en las nociones de Biomecánica Funcional que se imparten durante el curso.

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Anatomia relacional

Partiendo del análisis biomecánico y la lectura corporal inicial, la anatomía relacional nos dará la clave para reconocer qué estructuras son las que están implicadas en un patrón disfuncional concreto y de qué manera están afectando al conjunto musculo-esquelético, siendo el complemento indispensable para poder componer una estrategia de trabajo.

 

Para comprender mejor la función de la Anatomía Relacional tomemos el ejemplo de una pelvis en inclinación anterior por un exceso de tono del psoas iliaco. En este caso uno de los músculos que se verán afectados por la posición de anteversión de la pelvis será el bíceps femoral, en efecto, la inclinación anterior de la pelvis hará que el isquion ascienda traccionando de la inserción proximal de este músculo (ver imagen n.1).

 

Si el bíceps no puede devolver a la pelvis a su posición neutra y fisiológica, por el exceso de tensión existente en el psoas-iliaco, puede ocurrir que el bíceps tire de su extremo distal, o sea, su inserción en el peroné y acabe arrastrando a peroné y tibia hacia rotación externa en relación al fémur (ver imagen n.2).

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Imagen n.1                                Imagen n.2

 

​Este pequeño ejemplo nos muestra como un “problema” como sería la rotación externa de tibia y peroné en relación al fémur, tiene su origen muy lejos de estos. De ello podemos deducir la enorme importancia de la anatomía relacional a la hora de entender y abordar las disfunciones estructurales del aparato locomotor.

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